Su crecimiento global en los últimos años es espectacular tanto en Estados Unidos como en Europa, Asia y Latinoamérica.
Para entender su pasado y su futuro es importante distinguir los 4 modelos diferentes de crowdfunding existentes:
1. Donación (donation), dirigido a la financiación de proyectos sociales y generalmente dirigidos por entidades benéficas y sin ánimo de lucro.
2. Recompensas (reward), un modelo basado en obtener financiación a cambio de premios o recompensas no financieras.
3. Inversión en el capital de empresas (equity) con el objetivos de conseguir dividendos y/o plusvalías.
4. Préstamos (lending) a empresas para financiaciar proyectos o actividades específicas.
El desarrollo inicial de estas plataformas estaba centrado en los dos primeros modelos de crowdfunding para la financiación de iniciativas culturales que no hubieran podido realizarse sin las pequeñas aportaciones monetarias de miles de generosos usuarios. En esta primera fase, las motivaciones del usuario son personales y el riesgo es muy bajo porque las aportaciones son de escaso valor.
Pero el verdadero potencial se encuentra los modelos de inversión y préstamo en proyectos específicos con un claro objetivo de rentabilidad. Las aportaciones bajo estas modalidades son menos numerosas, pero de importe mucho mayor.
Es decir, poco a poco y sin hacer mucho ruido se está generando una vía alternativa a la financiación bancaria tradicional con muchas posibilidades de consolidarse a medio plazo y que se «escapa» al control del poderoso lobby bancario.
Enlaces relacionados:
Crédito de la imagen: www.crowdsourcingweek.com