Una nueva estrategia para poner un banco en todos los navegadores

Un nuevo sistema de pagos abierto incorporado en los estándares Web podría transformar la vida en línea, si la propuesta sale adelante.

Durante las últimas décadas, un puñado de estándares abiertos para el procesamiento y la compartición de texto e imágenes entre ordenadores — más conocidos como la World Wide Web –, han ayudado a vencer a empresas de todo el mundo. Sin embargo, estos estándares Web no incluyen métodos de transferencia de dinero o venta de contenidos, lo que nos obliga a recurrir a las tarjetas de crédito y a cuentas de PayPal.

Aunque eso podría estar apunto de cambiar. Un grupo afiliado al organismo que mantiene los estándares Web pretende establecer un estándar abierto para la transferencia de dinero en línea. Si el plan tiene éxito, los navegadores Web podrían incluir herramientas que faciliten comprar y vender cosas o transferir fondos a través de Internet.

La intención del grupo es reemplazar las redes propietarias de pago en línea como PayPal por un estándar abierto, como el que especifica la manera en la que se intercambian los correos electrónicos. Al igual que cualquier persona puede enviar un correo electrónico, cualquiera que utilice un software basado en el protocolo de pagos sería capaz de intercambiar dinero de forma gratuita.

Según la idea del grupo a cargo del proyecto, la gente cargaría dinero en su cuenta para gastar a través del servicio. Aún se aplicarían algunas comisiones a las operaciones, pero se espera que la competencia las mantenga a la baja.

El grupo incluye a representantes del mundo académico y varias empresas, incluyendo el fabricante del navegador Opera y el gigante de las búsquedas en Rusia, Yandex. Aunque el grupo está afiliado al organismo de estándares de la Web, el W3C, no está respaldado por él. Sin embargo, sus recomendaciones se podrían recoger para iniciar el camino hacia una estandarización formal, una vía que ha funcionado con otras tecnologías en el pasado.

Gran parte del debate desarrollado en el grupo comunitario que trabaja en el nuevo estándar se ha centrado en áreas que, durante años, han desafiado a la Web, como facilitar el pago de contenidos en línea con pequeñas sumas de dinero o micropagos; y, permitir a los creadores individuales, como los músicos, vender sus contenidos sin intermediarios. No habría ningún tamaño mínimo de transacción, lo que permitiría a la gente enviar incluso fracciones de un centavo, si su proveedor de pagos lo acepta.

El grupo todavía está estudiando varias formas posibles de poner en práctica su idea, pero la especificación final definirá unos medios para que los proveedores puedan realizar transferencias de forma segura y permitirá, a los sitios Web, implementar los sistemas de compras sin darles acceso a los detalles de la cuenta de una persona.

Uno de los enfoques más desarrollados que forma parte del debate es un sistema llamado PaySwarm, una propuesta de estándar abierto desarrollada por la a empresa de reciente creación Digital Bazaar. «Es similar a PayPal, pero sin patente y sin derechos», señala Manu Sporny, fundador de esta empresa y miembro del grupo comunitario Web Payments, formado para elaborar la propuesta del nuevo estándar. Sporny planea lanzar el software en un mes. Las empresas que deseen ofrecer sus propios servicios de pago pueden utilizar PaySwarm y los propietarios de páginas Web pueden incluir botones de «compra» y otras funciones para manejar los pagos y donaciones.

Los estándares Web, a menudo, comienzan como contribuciones de una sola empresa. Por ejemplo, el estándar creado para permitir llamadas de voz / VoIP desde páginas Web, WebRTC, tiene sus orígenes en un software de código abierto liberado por Google.

No obstante, la iniciativa de estandarización deberá hacer frente a algunos retos. Las compañías consolidadas como PayPal tienen pocos incentivos para cambiar a un protocolo abierto. Sin embargo, a los defensores de los estándares Web abiertos les gusta recalcar que, hasta ahora, estos estándares han tendido a prevalecer.

Fuente: Technology Review