Un roboadvisor o roboasesor es un servicio de inteligencia artificial de asesoramiento automático a los clientes en materia de inversión, el futuro de la banca de inversión.
Imagina tu asesor financiero de toda la vida, pero que no se encuentra en una oficina a la que tienes que acudir, con el que puedes comunicarte desde una playa durante las vacaciones y que no es de carne y hueso. Pues eso es exactamente un roboasesor.
No hace mucho que comentamos en el artículo sobre InnoVenture, la filial de inversión de capital riesgo de Santander, la importancia que los robots o los más conocidos como bots tendrían en la banca en un futuro muy cercano.
Estas novedades que en un principio parecen una minucia, nos demuestran que los cambios ocurren cada vez de manera más rápida en nuestro entorno y las empresas se ven obligadas a adaptarse o perecer.
Por suerte, las FinTech tienen capacidad para adaptarse e introducir dichos cambios en su dinámica de trabajo y en la estructura empresarial gracias a la flexibilidad que las caracteriza.
Mas aún, se adelantan a que las ideas se conviertan en tendencia, convirtiéndose a menudo en los primeros que invierten en proyectos con verdadero potencial.
Es por ello que algunas empresas ya se encuentran ofreciendo el servicio de los advisors, pues comenzaron el desarrollo mucho antes de que surgiera este hype referente a los robots financieros.
Teniendo en cuenta que el tipo de empresas más interesadas en la innovación tecnológica de la banca son las startups, entidades bancarias y compañías de seguros, son estos tres grupos los que se encuentran ahora en la carrera por el reinado de los roboasesores.
El mencionado proceso de cambio y rapidez de adaptación son las razones que las empujan a invertir en este tipo de proyectos en desarrollo y ya en aplicación.
¿Qué son los roboasesores?
Los roboasesores son unos robots que ofrecen al cliente un asesoramiento financiero. Éstos están desarrollados a partir de inteligencia artificial e integran algoritmos muy complejos mediante los que obtienen la capacidad de recomendar decisiones de inversión que se ajusten a las condiciones del cliente.
Es importante no mezclar los conceptos roboasesor y chatbot. Los chatbots son otra variante de los bots con unas funciones más limitadas y estructuradas. Se trata de los robots de atención al cliente más básicos que existen, como si de una operadora telefónica autómata se tratase.
Como cabe esperar, tanto los advisors como los chatbots están dirigidos a todos los sectores ya que su capacidad es infinita, pero a día de hoy se encuentran enfocados en el sector de la banca.
Dentro de este sector, es el nicho de la banca digital donde se encuentran startups relacionadas con la banca y en especial las compañías fintech quienes sacaran y están sacando partido inmediato del asesoramiento bancario digital y autómata de estas herramientas.
Compañías conocidas
Entre las compañías más conocidas que ya ofrecen roboasesores en los Estados Unidos se encuentran Betterment, Charles Schwab, Wealthfront, Motif, FutureAdvisor y Personal Capital.
Esta última, la conocida como Personal Capital, ha sido elegida como la mejor plataforma de roboasesoramiento del año según el ranking de la página AdvisoryHQ.
Aunque en su mayoría se traten de roboasesores puros, las compañías Personal Capital y FutureAdvisor son un mix, una especie de híbrido entre la asesoría «humana» tradicional combinada junto con la tecnológica.
Seguramente se trate de una estrategia empresarial lanzada con el fin de abarcar más terreno situándose a la vanguardia en tendencias, pero sin perder el contacto humano que aún se demanda.
Clientes potenciales del servicio
Ningún millenial acude al banco, no digamos los post-millennials, pero tampoco lo hacen ya la mayoría de clientes que rondan entre 30 y 50 años. Todas las gestiones rutinarias y, sobre todo, aquellas que prescindan de la necesidad de acudir a la oficina se realizan online.
Los clientes están habituados a usar la app de su banco y a trabajar con ésta. No obstante, aún se percibe una cierta dependencia hacia el trato personal en gestiones más complejas y relacionadas con la inversión, como es normal.
Por tanto, nos encontramos en una fase donde los bots tienen un futuro muy prometedor. Es más, ya son parte de un presente latente, pero aún no se puede prescindir del trato humano hacia el cliente.
El objetivo de los roboasesores
Quieren eliminar del todo la dependencia de los clientes hacia las oficinas bancarias a la hora de llevar a cabo acciones más delicadas como son las inversiones financieras.
Estos robots realizarán tareas como planes de cartera, asignación automática de activos, evaluación online de riesgos y otros muchos servicios digitales.
La función de estos bots de la banca digital es fomentar la inversión, ya que, al contrario de los que se dedican a temas en relación con la banca y la inversión, la mayoría de clientes no tiene tiempo que dedicar a invertir, aunque son muchos los confiesan que les gustaría.
Para los brokers que actualmente trabajan online, que a raíz de las transformación tecnológica que propiciaron las punto-com a finales de los noventa se trata de todos los brokers, esta manera de invertir es simplemente una extensión u otra forma de hacer lo que han estado haciendo hasta el momento.
Donde de verdad se encuentra el potencial de este instrumento es en lo que puede aportar a las empresas tradicionales, a los gigantes dinosaurios. Las compañías de seguros, gestoras de activos y las grandes entidades bancarias son las que pueden de verdad aprovechar este servicio innovador para comenzar su faraónica transformación digital.
Funcionamiento y metodología
Todo comienza con la creación de un perfil en el servidor o empresa con la que se desee operar y ejercer las inversiones.
El usuario crea un perfil con sus correspondientes datos y características. El inversor en cuestión deberá indicar a su vez los objetivos de inversión, su perfil de riesgo, su edad (como es lógico, existen limitaciones en este campo), ingresos y demás datos bancarios necesarios para poder operar.
Estos robots asesores son capaces de construir carteras que se adaptan a la descripción del perfil de cada usuario y a las condiciones que se especifican en éste. Crean carteras invirtiendo en ETF’s diversificados.
Ventajas de un roboasesor
La ventaja principal de estos programas inteligentes es sin duda la reducción de costes y flexibilidad de inversión que proporcionan, de lo que deriva directamente la eliminación de comisiones y el consiguiente estímulo de la inversión. Esto se traduce en una optimización de la inversión
Además, no difiere mucho del asesor de banca clásico que se conoce hasta el momento. Teniendo en cuenta que la comunicación es vía online y la visualización en pantallas de ordenadores o smartphones, la interfaz debe ser simple, sencilla y cien por cien dirigida al usuario.
Por lo que estamos hablando de una herramienta fácil de usar extremadamente clara, con el plus de ser más funcional que un asesor tradicional.
¿Pero por qué es mejor que un asesor tradicional? Gracias a la ingeniería matemática de algoritmos imposibles que esconde la programación de estos seres, son capaces de seleccionar los mejores productos financieros con el fin de crear una cartera con una mayor rentabilidad de lo normal.
Realizan cálculos tan engorrosos como el estudio de las correlaciones en los activos, las desviaciones típicas correspondientes, monitorización posicional y el rebalanceo de las posiciones en décimas de segundo convirtiéndose en una herramienta mucho más eficiente que un asesor de carne y hueso.
Igualmente, otra virtud de las tantas que abundan en este servicio es la cantidad de dinero a invertir, la capacidad de ahorro que tiene el cliente. Las compañías no hacen distinciones entre el montante a invertir de cada cliente, de manera que cualquier usuario puede recibir asesoramiento independientemente de su inversión.