En los últimos años, las noticias sobre las denominadas criptomonedas, como Bitcoin, Ethereum o la recién aparecida Zcash, están a la orden del día en los medios.

Se presentan como monedas y sistemas de pago alternativos con diferentes características: mayor seguridad, mayor privacidad, la eliminación de intermediarios…

Sin embargo, no sólo hay monedas digitales globales como bitcoin. También las hay locales y con mucho éxito.

Desde la famosa Bristol Pound (libra de Bristol), cuyo uso se reduce a la propia ciudad de Bristol, en el Reino Unido; al Wir, en Suiza; el SoNantes, en la ciudad francesa de Nantes; o el reciente y polémico caso de Barcelona, impulsado por el gobierno de Ada Colau.

 

Monedas digitales locales: la Bristol Pound

Fuente: bristolpound.org

 

El polémico caso de Barcelona

Ada Colau llevaba en su programa electoral la implantación de una moneda local (o social) destinada a beneficiar al pequeño y mediano comercio de la ciudad.

A pesar de que en verano de 2015, tras su llegada a la alcaldía, el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, calificó esta iniciativa de “imposible” e “indeseable”, el lunes 14 de noviembre de 2016, la alcaldía de Barcelona ha anunciado que empezará las pruebas piloto de la nueva moneda local en 2017, en los distritos de Nou Barris, Sant Andreu y Sant Martí, en el Eix Besòs de la ciudad; y, en caso de éxito, espera poder implantar la moneda en toda la ciudad a partir de 2019.

La moneda local forma parte del Plan de Impulso de la Economía Social y Solidaria presentado esta semana y dotado con 24 millones de euros. En este documento se recoge el calendario de implantación de la nueva moneda.

Las primeras pruebas de la moneda se llevarán a cabo dentro otro programa en pruebas, el de la renta mínima, una medida incluida tanto en su programa electoral como en el de Unidos Podemos y que, a pesar de las numerosas críticas que ha recibido de distintos partidos y medios de comunicación, se probará durante tres años en la ciudad de Barcelona como parte del programa europeo Urban Innovative Action.

Según el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, “la moneda todavía está en fase preliminar” y es un proyecto a medio plazo, que todavía no está muy definido.

De hecho, todavía no sabemos su nombre y aún se desconocen muchos detalles importantes sobre cómo funcionará: por ejemplo, si será virtual o física (o ambas, aunque todo parece apuntar a un sistema de pagos digital a través de móviles y tabletas), cómo se conseguirá o cómo se pueden adherir a ella los comercios que quieran aceptarla.

Por el momento, sabemos que el programa electoral de Barcelona en Comú recogía la posibilidad de:

  • Conceder subvenciones utilizando esta moneda.
  • Pagar con ella parte del salario de sus funcionarios.
  • Pagar con ella las facturas a los proveedores del ayuntamiento.

Todo ello con el fin de fomentar su uso e implantación generalizada.

También se mencionaba la creación de programas de microcréditos.

Otra opción que se está barajando es la posibilidad de vincular el uso de la futura moneda con la creación del nuevo operador energético que pretende crear también el gobierno de Colau.

Funcionaría de forma similar al de Viladecans, en la periferia de Barcelona, devolviendo a los ciudadanos parte del ahorro energético conseguido en la moneda local para que puedan gastarlo en el comercio de proximidad.

 

Ada Colau, alcaldesa de Barcelona

Fuente: adacolau.cat

 

¿Realmente es tan descabellada la idea de Ada Colau?

Pues a simple vista, sin profundizar mucho en el tema, podría parecerlo, pero la realidad es que la idea no es nueva, ni la ha creado Ada Colau.

Las monedas locales existen desde hace muchos años y, en su mayoría, funcionan sin problema integradas en el día a día de diferentes comunidades en todo el mundo.

Según un estudio realizado por la Caja Rural Cajamar de España, titulado “Las monedas sociales”, existían al menos 2.000 monedas complementarias diferentes en todo el mundo en 2008; y hoy en día, se estima que la cifra asciende ya a cerca de 5.000 a nivel mundial.

De hecho, solo en España podrían rondar la centena: El Puma, en Sevilla; el Ekhi, en Vizcaya; el Orué, en Valencia; el Boniato, en Madrid; el Eco, en la comunidad Valenciana; el Henar en Alcalá de Henares… La lista es enorme.

Para entenderlo conviene aclarar algunos conceptos. Por ejemplo, estas monedas pueden ser:

  • Alternativas: diseñadas para crear un sistema monetario alternativo y diferente al de las monedas de curso legal.
  • Complementarias: creadas para funcionar de forma complementaria a la moneda de curso legal del país, de forma que ambas puedan convivir y con el fin de suplir determinadas “carencias” de la moneda oficial o aportar nuevas ventajas a mayores.

Y en función de sus características podemos distinguir entre:

 

1. Criptomonedas (o monedas criptográficas):

La primera fue el famoso Bitcoin, lanzada por Satoshi Nakamoto en 2009 y, desde entonces, han ido surgiendo distintas variantes con características diversas.

En general, se trata de monedas virtuales que funcionan de forma descentralizada, es decir, no hay una una autoridad central que controle la moneda o verifique las transacciones.

 

Preguntas y respuestas sobre el bitcoin

El intercambio de dinero se realiza directamente de usuario a usuario, sin ningún tipo de intermediario, como en las conocidas redes de intercambio P2P; y las transacciones las verifican miembros de la propia comunidad y quedan registradas de forma segura gracias a la tecnología blockchain, utilizando complejos cálculos matemáticos y algoritmos criptográficos.

 

2. Bancos de tiempo

Los bancos de tiempo no generan una moneda como tal, sino que utilizan el tiempo como moneda de cambio. Se basan en el tradicional trueque y también se hicieron muy populares a raíz de la crisis debido a la falta de efectivo. Básicamente se trata de ofrecer tu tiempo y conocimientos a cambio del de los demás.

Por ejemplo, si eres especialista en inglés o informática puedes dar clases a otros usuarios del banco de tiempo y esas horas se anotarán en tu cartilla.

Posteriormente, si necesitas algo para lo que tu no estás cualificado –por ejemplo, una reparación de fontanería en casa– y hay algún usuario en el banco de tiempo con esos conocimientos (no tiene por qué ser directamente alguno de los que ha recibido tus clases), podrás pagarle con el tiempo que tienes anotado en tu cartilla en lugar de con euros.

 

 

Algunos bancos de tiempo funcionan de forma conjunta con una moneda social, en cuyo caso, a la hora de trabajo aportada al banco de tiempo se le asigna un precio en moneda local.

Es el caso, por ejemplo, de la moneda Ithaca Hours, creada en Nueva York, EE.UU., en 1991, en la que 1 hora de trabajo equivale a 10 dólares estadounidenses; o los Créditos, en Argentina.

 

Billete de Ithaca Hours, banco de tiempo en Nueva York.

Billete de Ithaca Hours, Nueva York. / Fuente: ithacahours.com

 

3. Monedas sociales o locales

Se trata de monedas creadas como medio de intercambio dentro de una comunidad o colectivo para el pago de productos, servicios o conocimientos.

En general, se basan en la confianza y la reciprocidad, aunque su funcionamiento puede ser realmente diverso y algunas incluso están respaldadas por entidades financieras y gubernamentales.

La moneda anunciada para Barcelona se encuadraría dentro de este tipo.

Las hay en formato cartilla, en papel (billetes) y en formato electrónico y pueden estar respaldadas por una moneda de curso legal o no. En caso de estarlo, admiten el cambio a la moneda de curso legal del país, por lo general, en un ratio de 1 a 1, para facilitar la conversión y su implantación.

Su ámbito de uso puede ser a nivel de barrio, de ciudad, de una asociación o colectivo, regional, etc. Y para promover su circulación y evitar la especulación es habitual que muchas de ellas se devalúen con el tiempo.

Este tipo de monedas son especialmente útiles en tiempos de crisis, de ahí que hayan proliferado mucho en los últimos años. El motivo es que favorecen la estabilidad, al ofrecer a los ciudadanos otra forma de pago en momentos de poca liquidez.

Su función es la de impulsar el comercio local y de proximidad, así como facilitar el acceso a determinados productos y servicios de personas especialmente castigadas por la crisis, que de otro modo no podrían tener acceso a ellos. De ahí su nombre de monedas sociales.

Muchas de ellas surgieron a raíz de la última crisis económica, aunque las hay mucho más antiguas, como el Wir suizo, que data de los años 30; o el Axarco, que existe en La Axarquía, en la provincia de Málaga, desde finales de los 80.

A continuación, se describen algunas de las más conocidas.

 

Casos de éxito de monedas locales digitales en Europa

 

La Bristol Pound, en el Reino Unido

La libra de Bristol o Bristol Pound, funciona desde 2012 como moneda complementaria a la libra esterlina dentro de la ciudad de Bristol, con un cambio de 1 a 1, es decir, una Bristol Pound equivale a una libra esterlina.

La moneda, que empezó circulando en papel, admite ya los pagos a través de Internet y por móvil, con un sistema propio de pagos por SMS denominado TXT2PAY.

Actualmente, es la moneda de ámbito local más importante del Reino Unido, la primera en ofrecer cuentas electrónicas respaldadas por una institución financiera regulada (Bristol Credit Union) y la primera que se puede utilizar para pagar impuestos locales, además de para adquirir productos o servicios.

 

Bristol Pound. Monedas locales digitales

 

Una prueba de lo bien que funciona el sistema es que el alcalde de Bristol ha decidido cobrar la totalidad de su sueldo en la moneda local.

Para conseguir Bristol Pounds

  • En billetes, basta con acercarse a cualquier punto de cambio denominados £B Cash Points para intercambiar libras esterlinas por las libras locales.
  • De forma digital, basta con crearse una cuenta electrónica y transferir dinero a ella desde nuestra cuenta bancaria tradicional o bien acercarse a alguno de los numerosos Cash Points distribuidos por toda la ciudad para realizar un ingreso.

Además de poder pagar los impuestos locales en Bristol Pounds, las empresas pueden pagar a sus empleados parte del salario en la monedas local.

También hay dos proveedores de energía, Good Energy y Bristol Energy, que aceptan ya Bristol Pounds en el pago de sus facturas.

En caso de querer convertir Bristol Pounds a libras esterlinas, es posible hacerlo a un ratio de cambio de 1 a 1 y sin coste alguno en los Cash Points.

Otros ejemplos de monedas locales en el Reino Unido son: Exeter Pound, Brixton Pound, Lewes Pound, Stroud Pound y Totnes Pound.

 

Monedas digitales locales: Bristol Pound

Fuente: bristolpound.org

 

El SoNantes, en Nantes, Francia

Se trata de una moneda virtual creada en 2014 por el ayuntamiento de Nantes para impulsar la economía local.

Un soNantes equivale a un euro, aunque no es posible cambiar entre ambas monedas, al tratarse de una sistema de intercambio de tipo LETS (Local Exchange Trade System) o crédito mutuo en el que el balance total es siempre cero.

El funcionamiento de estos sistemas es muy sencillo: Todos los participantes empiezan con su cuenta a cero y para obtener SoNantes deben vender algún producto o servicio a otro ciudadano de la ciudad.

Si este ya tiene SoNantes, simplemente, el importe del producto o servicio se descontará de su cuenta para pasar a la de la personas que vende el producto o servicio.

Si es la primera vez que utiliza la nueva moneda y todavía no tiene SoNantes en su cuenta, se le descuenta igual el importe, pasando a deber esa cantidad.

Hay un límite máximo de deuda por usuario, de forma que los usuarios tengan que ofrecer o aportar algo a los demás usuarios de la comunidad para conseguir SoNantes y mantener su saldo en positivo.

El intercambio de moneda se realiza a través de una tarjeta o de Internet.

Para ello, el sistema utiliza la plataforma Cyclos, una plataforma de banca en línea de código abierto, diseñada especialmente para facilitar la banca en línea de monedas sociales locales.

 

Monedas digitales: el SoNantes, de Nantes, Francia

 

 

El Wir suizo

Es una de las monedas complementarias más antiguas de Europa. Se utiliza en Suiza desde 1934 y sirve a las PYMES para comprar y vender productos y contratar servicios profesionales entre sí con unos intereses más bajos que con el franco y utilizando una plataforma en línea.

Al igual que la mayoría de las monedas sociales surgió tras una crisis, en este caso, tras la Gran Depresión, después la II Guerra Mundial. Para tener una idea de su alcance, basta decir que en 2015 contaba con más de 50.000 miembros y su intercambio representaba el 2% del PIB de suiza.

 

Monedas digitales locales: el Wir suizo

 

El Sardex, en Italia

Es una moneda complementaria que surgió en la isla de Cerdeña, en Italia, en 2010, para realizar todo tipo de intercambios entre empresas y profesionales a través de la plataforma sardex.net.

Se trata de una moneda de tipo LETS, como el SoNantes, por lo que, al igual que este, no es intercambiable con el euro, aunque para su uso un sardex equivale a un euro.

Según su web, en la actualidad la red de intercambio cuenta ya con más de 3200 miembros y se han llevado a cabo 250.230 transacciones, con un valor total en 2015 de 51 millones.

En vista de su éxito se están realizando pruebas del sistema en otras partes de Italia.

Monedas digitales locales: el Sardex, en Italia

 

El Chiemgauer en Alemania

El Chiemgauer es la moneda social complementaria más popular de Alemania.

Lanzada en 2003 en Prien am Chiemsee, en Baviera, surgió a partir de un trabajo realizado como actividad extracurricular en una asignatura impartida por el profesor de economía Christian Gelleri en una escuela Waldorf y ahora es una de las monedas sociales más exitosas de Europa.

En 2012, menos de 10 años después de su lanzamiento, contaba ya con más de 2500 usuarios y más de 600 empresas locales que aceptaban la moneda, llegando a alcanzar unas cifras de circulación equivalentes a 4 millones de euros en compras de bienes y servicios cada año.

Desde entonces, no ha parado de crecer y, actualmente, funciona en todo el sur del país y permite tanto el pago en papel como el pago electrónico.

 

Chiemgauer, moneda social complementaria en Alemania

Autor: Christian Gelleri

 

Una de sus principales ventajas es que está respaldada por bancos locales y, al igual que en la mayoría de las monedas sociales, su cambio es muy sencillo: 1 Chiemgauer = 1 euro.

Para conseguir Chiemgauers basta con ir al banco y cambiar X euros por chiemgauers.

Al igual que los intercambios entre divisas tradicionales hay una comisión, pero en este caso, parte de la comisión del 3% va destinada a fines sociales. Por ejemplo, si cambiamos 100 euros, nos darán 95, 3 se destinarán a proyectos sociales y 2 son para la administración y gestión de la moneda.

A continuación podremos ir a cualquiera de los establecimientos que aceptan Chiemgauers en el sur de Alemania y pagar por productos o servicios como si se tratara de euros.

Por su parte, los comerciantes pueden ir al banco y cambiar los Chiemgauers por euros, en cuyo caso tendrán una comisión del 5% (es decir, por cada Chiemgauer recibirán 0,95 euros); o bien pueden utilizarlos para pagar, a su vez, por productos y servicios dentro de la región.

Una de las características más interesantes del Chiemgauer es que, al igual que otras monedas locales, no se puede acumular porque pierde valor con el tiempo, en su caso, un 2% cada tres meses. El objetivo es evitar la especulación y favorecer la circulación del dinero impulsando la economía local.

También hay la posibilidad de obtener microcréditos en Chiemgauers dentro del programa Zinsbonus, con unas condiciones increíbles. Y es que, aunque el usuario que recibe el préstamo debe pagar unos intereses como en cualquier crédito normal, en caso de devolver todo el dinero a tiempo dentro del plazo establecido, se le devuelve lo que ha pagado en concepto de intereses.

En la actualidad, es posible pagar también en Chiemgauers con una tarjeta de débito emitida por Regios, una asociación de bancos cooperativos. La introducción en 2007 de los pagos electrónicos Chiemgauers, respaldados por el Ministerio alemán de Protección del Consumidor, Nutrición y Agricultura, impulsó aún más su uso en los comercios de la región.

 

Otro ejemplo en Europa, aunque no digital: el Sol-Violette

El Sol-Violette, que funciona en Toulouse, Francia, desde 2011, es una de las monedas sociales más destacadas de europa, aunque por el momento solo está disponible en papel. Su funcionamiento es bastante similar al del Chiemgauer, pero sin el 3% destinado a proyectos sociales.

Está respaldada por instituciones locales, concretamente, el ayuntamiento y dos cajas locales que facilitan el cambio de euros a soles y viceversa. En su lugar, el cambio es de 20€ = 21 soles, para fomentar el uso de la moneda, aunque posteriormente al utilizar los soles para adquirir productos o servicios el cambio es de 1 a 1.

 

 

España, país destacado en monedas sociales

España es uno de los países del mundo con más iniciativas de monedas sociales, junto con los EE.UU., pero no solo destaca en número si no también en innovación, quizá debido a la elevada penetración de la telefonía móvil en nuestro país.

Estas son algunas de las iniciativas más destacas:

 

El Rubí, en Málaga

Surgió tras el comienzo de la crisis económica, impulsada por la asociación Acción Anticrisis. Debido al creciente desempleo y falta de liquidez en euros, el comercio de proximidad y el intercambio de productos y servicios se paralizó. Hacía falta, por tanto, otro medio de intercambio que complementase a la economía tradicional.

En 2009 se empezó a diseñar Endocracia, un proyecto destinado a organizar grupos de trabajo y fomentar el emprendimiento protegido, con el fin de luchar contra el desempleo y restablecer el intercambio entre los clientes y los emprendedores y PYMES participantes en el proyecto. El 5 de diciembre de 2014 se produjo el primer intercambio real y desde entonces no ha parado de crecer.

A diferencia de otras monedas sociales, esta se gestiona a través de una plataforma informática llamada Endotrónica, diseñada por los propios ingenieros de la aplicación y que incluye:

  • Un sistema de firma digital: sistema de validación electrónica integrado en todos los demás servicios de la plataforma.
  • Una moneda social electrónica con servicios de banca virtual: los usuarios disponen de cuentas electrónicas a las que pueden acceder a través de Internet para consultar todos sus movimientos en rubíes; y de un TPV o aplicación que permite el cobro de servicios o productos entre dos usuarios.Para realizar el intercambio de rubíes basta con que uno de los usuarios disponga de conexión a Internet a través de un ordenador o móvil. También se pueden crear cuentas con varios titulares, estableciendo diferentes permisos para cada uno de ellos.
  • Un sistema de contratos automáticos: se generan este tipo de contratos cuando dos usuarios llegan a un acuerdo que requiere el cumplimiento de ciertas condiciones a largo plazo. Funciona de forma similar a los contratos inteligentes de la blockchain y consiste en especificar una serie de cláusulas que se ejecutarán automáticamente en caso de que alguna de las partes incumpla lo acordado.
  • Tienda virtual: la plataforma incluye una tienda virtual que sus miembros pueden utilizar como expositor para la venta en línea de productos y servicios.

 

La Turuta, en Vilanova i la Geltrú, Cataluña

La turuta es una moneda social que nació en 2010 en Vilanova i la Geltrú, un municipio catalán de 67.000 habitantes. Se trata de una moneda virtual impulsada por la asociación ECOL3VNG y que al igual que el SoNantes, utiliza la plataforma Cyclos.

Cada socio dispone de una cuenta en línea con un saldo virtual. Una turuta equivale a un euro y una hora de trabajo voluntario en proyectos sociales son 10 turutas.

Se pueden obtener turutas:

  • Ofreciendo un servicio o vendiendo un producto.
  • Participando en algún proyecto de mejora social aprobado por la asociación.
  • Intercambiando euros u otra moneda social con la que se haya firmado un convenio por turutas.

Para realizar los intercambios de turutas, los usuarios pueden utilizar la Tarjeta de intercambios (una especie de cartilla de puntos) o la cuenta en línea conectándose a través de un ordenador o un dispositivo móvil. Los intercambios anotados en la Tarjeta deben ser reflejados también en la cuenta en línea.

La web incluye también un directorio de comercios y profesionales que aceptan turutas, información sobre ofertas, y un espacio de mercado social.

 

 

El Orué, en Valencia

El Orué se puso en marcha en 2013 en el barrio de Ruzafa, en Valencia como herramienta de cohesión social y de lucha contra la exclusión. Se trata de una moneda electrónica de carácter social, impulsada por Russafa Innova, la Asociación de emprendedores e innovadores Sociales de Valencia; y cuyo objetivo principal es el de dinamizar la economía local y potenciar iniciativas solidarias, culturales, educativas y ecológicas.

Los orués no se pueden comprar y no son intercambiables por euros ni por cualquier otra moneda.
La moneda se puede obtener de distintas formas:

  • Haciéndose socio.
  • Comprando en los comercios adheridos: los clientes que realizan una compra reciben un porcentaje en orués, que pueden utilizar luego en la adquisición de bienes o servicios en los diferentes negocios del barrio.
  • Participando en proyectos socio-culturales, educativos o medioambientales
    Participando en campañas de microfinanciación.

Para operar con ella se utiliza una aplicación para móviles y una tarjeta electrónica con tecnología NFC (Near-Field Communication), pudiendo realizar intercambios de orués de tarjeta a móvil o de móvil a móvil.

 

El Puma en Sevilla

El Puma funciona desde 2012 en el casco histórico de Sevilla. Esta moneda social, que recibe su nombre de la zona en la que surgió, el barrio del Pumarejo, es una moneda de crédito mútuo, basado en el sistema de monedas complementarias LETS, un sistema de intercambio local por puntos, en el que la suma total de todas las cuentas es siempre cero.

Actualmente, la red cuenta con 450 usuarios activos y todo tipo de intercambios muy variados.

Para su funcionamiento utiliza: una cartilla en la que se anota la transacción en pumas; y la red internacional de intercambio en línea CES (Comunity Exchange System). Puedes ver una explicación de cómo funciona aquí.

El siguiente paso, según sus impulsores, será digitalizar todo el proceso utilizando la aplicación para móviles Clickcoin.

«Estamos trabajando para implantar la aplicación de móvil Clickcoin, que va a permitir tener un control mayor con estadísticas y datos de la contabilidad. Poco a poco vamos a ir explicando a todos cómo funciona el sistema», señaló para el El País Noemí González, una de las promotoras de la moneda.

 

Otros ejemplos de monedas sociales en España son el Ekhi (que ha pasado recientemente de papel a digital), el Res, el Henar, el Zoquito, el Osel, el Saja, el Real, la Jara, la Mora, la Oliva…; siendo Andalucía y Cataluña las comunidades con mayor número de iniciativas.

En este documental de Documentos TV puedes averiguar más cosas sobre las monedas sociales complementarias:

 

 

Extensión del fenómeno a nivel mundial

Las monedas sociales se extienden por todo el mundo, desde los EE.UU., Canadá o Japón a países de América Latina, como México, Colombia o Ecuador. No obstante, en general no son digitales.

Entre los ejemplos más conocidos están:

 

El Tumin, en México

El Tumin es una moneda social que surgió hace 10 años en un aula de la Universidad Veracruzana Intercontinental, en Espinal, una comunidad situada en el estado de Veracruz. Básicamente, los profesores pidieron a los alumnos que estudiaran la comunidad para averiguar cuáles eran sus principales necesidades y cómo resolverlas.

Se trata de una comunidad de unos 25.000 habitantes, en su mayoría productores de fruta, verduras y café. En seguida, los estudiantes observaron realizaron su diagnóstico:

«Se empieza a ver la problemática, se hace el diagnóstico y se ve que los productos están ahí: naranja, café…, pero están parados porque los campesinos no tienen capacidad de competir con los grandes mercados», señala Alejandra.

La solución propuesta por los alumnos fue crear el tumin, una moneda comunitaria que circulase a nivel interno con el fin de activar el consumo en la comunidad.

Para formar parte de la red, los productores debían comprometerse a recibir el 10 % del valor de sus productos en tumins.

El proyecto empezó con 35 socios y cuando llegó a 100, concretamente, en octubre de 2010, se realizó la primera impresión de Tumins en papel.

Actualmente, hay billetes por valor equivalente a 1, 2, 5 y 20 pesos y la moneda se utilizan ya en 16 de los 32 estados del país y cuenta con más de 1.000 socios.

Para ponerla en circulación se entregaron 500 tumins de manera gratuita a cada socio y, ahora, se hace una nueva tirada cada vez que se incorporan 100 socios nuevos a la red.

Según la coordinadora nacional de la red del tumin, Alejandra Jiménez, el objetivo nunca ha sido sustituir al peso, sino “crear una red solidaria y fortalecer las economías locales».

 

 

El BNote, en Baltimore, Maryland (EE.UU.)

Funciona desde abril de 2011 como moneda complementaria al dólar. Según su web, a 22 de febrero de 2016, había ya 44.000 BNotes en circulación. Actualmente, se acepta en más de 230 establecimientos de la ciudad para transacciones muy diversas y la cifra aumenta cada semana.

Para conseguirlos basta con acercarse a los puntos de cambio (se puede ver un listado completo en su web) para cambiar dólares por BNotes y viceversa.

 

BNote, moneda social complementaria al dólar en Baltimor, EE.UU.

 

Otros ejemplos de monedas complementarias en el mundo

Destacan en los EE.UU.: el Potomac, en Washingtong DC; el BerkShares, en Massachusetts; y el Hudson Valley Current y el Ithaca Dollar en Nueva York.

Aquí se puede consultar un listado más completo de monedas complementarias en los EE.UU.

En otras partes del mundo:

  • La Pêche, en Ile de France, Montreal (Canadá).
  • El Calgary Dollar, en Calgary (Canadá).
  • La Roca, en Suesca (Colombia).
  • El Bangla-Pesa, en un suburbio de Mombasa (Kenia).

 

Iniciativas recientes o en curso

En París (Francia)

Al igual que Barcelona, la ciudad de París está estudiando lanzar su propia moneda local a finales del próximo año. Se trataría de una moneda complementaria al euro con un cambio de 1 a 1 y podría llamarse Seine.

Actualmente, se calcula que hay unas 40 monedas complementarias de ámbito local en Francia, en zonas como el País Vasco francés, Lyon o la región de Montreuil.

 

En Santa Coloma de Gramenet, Cataluña (España)

La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, puso en marcha el 2 de noviembre un proceso participativo para elegir el nombre de la nueva moneda local que impulsará el ayuntamiento para dinamizar el comercio de proximidad. Los ciudadanos tendrán hasta el 25 de noviembre para opinar y el gobierno local prevé que la nueva moneda entre en funcionamiento a partir de enero de 2017.

Aunque la moneda todavía no está en funcionamiento ya hay 108 establecimientos adheridos a la red. Una vez en marcha, los usuarios podrán comprar productos y servicios en estos establecimientos utilizando sus dispositivos móvil.

Para poner en marcha la nueva moneda, el ayuntamiento la utilizará para pagar las subvenciones a los comercios y entidades deportivas locales. Los funcionarios del ayuntamiento podrán cobrar también hasta un 30% en moneda local.

 

En Rivas, comunidad de Madrid (España)

En Rivas, la asociación la asociación Vaciarivas-Espacio Progresista proyecta lanzar su propia moneda local, el Jarama, en marzo de 2017. Será una moneda electrónica, complementaria al euro que se podrá utilizar a través de una plataforma web y una aplicación para móviles.

 

El Léman, en Ginebra (Suiza)

El Léman se lanzó en Ginebra, Suiza, en septiembre de 2015 y se acaba de extender también a Lausanne. A pesar de su corta vida la moneda se puede utilizar ya en 200 establecimientos del área de Ginebra y la zona francesa colindante y cuenta con más de 1.000 usuarios.

Un léman equivale a un euro. No obstante, el cambio entre ambas monedas varía en función del valor del franco suizo con respecto al euro. Se pueden cambiar tanto francos suizos como euros por lémans en los puntos de cambio habilitados.

Por el momento, la moneda está disponible en billetes de 1, 5, 10 y 20 lémans, pero sus creadores planean desarrollar también la moneda en formato electrónico, acompañada de una aplicación para móviles.

 

El futuro de las monedas complementarias

Sin duda la tendencia es al alza. Cada vez hay más monedas sociales y locales complementarias, especialmente en España, a medida que los gobiernos locales empiezan a ver sus muchas ventajas.

Está demostrado que ayudan a dinamizar el comercio local y fomentan espíritu de comunidad, ayudando a ciudadanos y empresas a sobrevivir mejor en tiempos de crisis económicas, un problema que en el sistema económico actual se produce de forma cíclica cada cierto tiempo.

También es probable que cada vez veamos más monedas de este tipo en formato electrónico, a medida que el uso de nuevas tecnologías financieras como los pagos por móvil se vayan generalizando.

Habrá que estar atentos a la IV Conferencia Internacional de Monedas Sociales y Complementarias, organizada por la Universitat Oberta de Catalunya UOC, que se celebrará del 10 al 14 de mayo de 2017 en el Parque Tecnológico Nou Barris de Barcelona.

 

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