Hace apenas cinco meses, el CEO de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, calificaba en una conferencia al bitcoin y al resto de criptomonedas de «fraude», y amenazaba con despedir a cualquier empleado suyo que invirtiera en ellas, por «estúpido».
En enero, en una entrevista en Fox Business, Dimon declaraba que se arrepentía de sus declaraciones y afirmaba que la blockchain era «real».
Ahora, completando la pirueta de 180 de grados, un reciente informe interno atribuido al banco estadounidense describe al detalle las características de la tecnología detrás de las monedas digitales, así como las posibles aplicaciones de estas y sus perspectivas de futuro.
Y sorprendentemente lo hace, en general, en términos tibios pero en esencia positivos.
En el informe, de 71 páginas y de nombre Decrypting Cryptocurrencies: Technology, Applications and Challenges, el área de Global Research de JP Morgan afirma sobre las criptomonedas que «es poco probable que desaparezcan por completo y podrían sobrevivir fácilmente bajo diferentes formas».
Asimismo, en claro contraste con las declaraciones anteriores de su CEO, los analistas del banco señalan que las criptodivisas pueden ayudar en el futuro a diversificar las carteras de los inversores.
Aunque señalan el fervor especulativo que ha alimentado a los mercados de divisas digitales, los autores declaran que estos «han estado enviando las señales correctas en los últimos meses».
El análisis ya se conoce informalmente en Internet como la ‘Biblia’ del bitcoin e incluso admite lo que los más acérrimos defensores de las criptomonedas llevan años proclamando: que el sistema financiero tradicional ofrece poca privacidad, por lo que el bitcoin y las monedas digitales siempre tendrán una base de seguidores entre aquellos «que desean mayor descentralización, redes peer-to-peer y anonimato, incluso cuando este último está bajo amenaza».
JP Morgan hace también hincapié en el enorme potencial de desarrollo de la tecnología blockchain en el sector de los pagos transfronterizos (todavía excesivamente lentos), transporte, salud y TMT (tecnología, medios de comunicación y telecomunicaciones).
El banco argumenta que el principal desafío al que se enfrentarán las criptomonedas es que les va a resultar extremadamente difícil competir con las monedas emitidas por los gobiernos, puesto que estas consituyen «monopolios naturales virtuales en sus regiones» y no renunciarán fácilmente a su posición de privilegio.
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